El bebé logra muchas conquistas durante su primer año de vida: el tacto, el movimiento, el habla…Veamos cuáles son las habilidades que desarrolla en 365 días.
Durante el primer año de vida, el bebé muestra muchos progresos. Aumenta de peso, gana en centímetros de altura y su cabecita se va formando y ganando fortaleza. Son muchos los logros y conquistas que adquiere a lo largo de los 365 días que tiene un año. Veamos uno a uno cuáles son estos progresos, y cómo y cuándo consigue desarrollarlos.
Sostener la cabecita
Al nacer, la cabeza del bebé es grande y pesada, motivos por los cuales a menudo cuelga, a menos que se le sujete entre brazos. De hecho, el bebé es capaz de mantener sujeta su cabeza unos segundos cuando está en los brazos de un adulto. Esta incapacidad de poder sostener la propia cabeza va desapareciendo a medida que pasan los días y, alrededor de los tres meses, a menudo un poco antes, el pequeño ya puede sostener la cabeza por sí mismo y mirar a su alrededor.
Explorar a través del tacto
El bebé empieza a explorar su cuerpo a través de las posibilidades que le brindan sus manos. Si durante el primer trimestre las manos del pequeño se mostraban cerradas, a medida que crece, aprende a alcanzar de forma gradual el control con los brazos, las muñecas y los dedos. El pequeño descubre que sus manos le permiten hacer muchas cosas. Lo mismo sucede con las piernas, con las que intenta tocar y agarrar objetos. Así comienza la exploración de su cuerpo y el descubrimiento de las posibilidades que implican el uso de las manos.
Sentarse en el suelo
Gracias a la maduración de los sistemas muscular y nervioso central, poco a poco el bebé logra mantener la espalda y el torso erguidos y, con el paso de los meses, consigue mantenerse sentado con total seguridad. Desde esta posición, hacia los seis meses, el pequeño consigue ver una cantidad de objetos que ejercen sobre él un encanto irresistible.
El efecto de la gravedad
¿Por qué el bebé tira todo lo que encuentra? No se trata de una forma de llamar la atención o de molestar; simplemente ha descubierto la gravedad y experimenta con ella. Tira la cuchara de la trona, los juguetes del sofá, el plato de la mesa…Es uno más de sus descubrimientos; un fenómeno absolutamente nuevo y sorprendente. Por eso tiene esa necesidad de probar y volver a intentarlo.
Aprendizaje veloz
Resulta sorprendente lo rápido que los niños aprenden. En un año, el bebé es capaz de recoger las migajas del suelo, de adaptar los objetos que coge a la posición de su mano y comprender el funcionamiento de ciertas cosas. Por ejemplo, utilizando un objeto para un propósito particular, como acercar la oreja al auricular esperando oír la voz de papá o mamá. En este sentido, juega un papel crucial la imitación que el pequeño desarrolla al observar a los adultos.
Fuente: http://www.mibebeyyo.com/bebes/crecimiento/crecimiento/progresos-bebe-largo-ano